00La industria del fitness traidcional afronta un gran desafío en su unión con la digitaliación impuesta tras la pandemia.
La industria del fitness está cada vez más presente en la sociedad más allá de un hábito de ir a entrenar por estar sano o con mejor físico. Está de lleno entre nosotros de una forma en que los consumidores de fitness ya ven cómo pueden relacionarse con otras personas con sus mismas inquietudes deportivas e incluso se lleva al mundo del ocio y del turismo activo.
Hasta antes de la pandemia la industria de la gestión del fitness manejaba unas cifras de facturación anual por encima de los 1.500 millones. Llegó el Covid-19 y esta cifra descendió hasta perder casi un 45% de sus ingresos. Claramente, un duro golpe para cualquier industria en crecimiento como es ésta. En este 2022 ya se ha recuperado de ese 45% en algo más de la mitad, pero aún queda un camino largo para poder llegar o superar lo que se estaba facturando anualmente en el 2019.
En todo esto entran dos factores primordiales y claros. Por un lado, todo lo que tiene que ver con la seguridad sanitaria por lo sufrido en la pandemia y, por otro, la digitalización exprés a la que se ve abocado todo el sector para poder recuperar esos socios que se perdieron durante la pandemia.
El problema que está sucediendo es que los hábitos de consumo y la idea de cómo vivir el deporte dentro de una instalación de los socios de los gimnasios o clubes social-deportivos han dado un giro de 180 grados. Ahora son mucho más exigentes con la comúnmente llamada «experiencia del usuario«. Tanto dentro como fuera de la instalación.
No podemos olvidar que en la pandemia pasamos de estar en una sociedad relacionada en las dos esferas, la física y la digital, a pasar al mundo digital de golpe. Esto ha provocado que la gente pida un plus más en su instalación deportiva en todo lo que tiene que ver con la tecnología y sus gadgets.
Peloton. El boom del home fitness
Buscan que todo esté interconectado a ellos, tanto la maquinaria como los trabajadores de las instalaciones deportivas. Aquí es donde el sector años atrás ha intentado probar diferentes fórmulas que no acaban de «conectar» con sus clientes. Y esto puede ser debido a que tus trabajadores no estén bien formados y que no comprendan bien cuál es la filosofía y método de trabajo que tienen que desempeñar para poder dar un buen servicio a los usuarios de las instalaciones deportivas. Si no se cumple esta premisa el usuario no va a poder percibir esa mejora del servicio tanto humano como tecnológico que han implementado en la instalación.
Otra de las «exigencias» que tienen los usuarios es la experiencia fuera de la instalación. Aquí los gestores de las instalaciones no saben muy bien por dónde ir y dar ese plus para que la experiencia sea total y continua como demanda cada vez más el mercado. Y el problema principal es que dentro de una instalación deportiva se puede llegar a generar muchos datos de comportamiento tanto deportivos de salud como de consumo. Pero toda esta información hoy en día no se recoge de una forma útil para luego poder transformarla en servicios y productos adecuados para sus usuarios. En esta otra área básica de la digitalización de gadgets como humana aún queda mucho por recorrer.
Solo cuando estén estas dos partes realmente unidas y trabajando en sinergia con el usuario se conseguirá avanzar; de lo contrario el sector siempre estará cada vez con más dificultades para poder llegar a sus usuarios actuales y los futuros.
Se tiene la oportunidad de hacer crecer un sector a unos niveles como puede ser el del turismo, si se empiezan a crear herramientas e infraestructuras tecnológicas suficientes para poder llegar a esos niveles de captación y facturación. Y todo está, por ahora, en manos del propio sector. Pero si se sigue dando de lado a todo esto que acabamos de comentar, acabarán llegando las grandes tecnológicas y coparán todo el mercado a unas velocidades que ni el propio sector podrá evitar que ocurra.