Vivimos un momento en el que la demanda de empleo en sectores como el deporte, la salud y la tecnología es cada vez mayor. Tanto es así que el ámbito del deporte y la salud ha crecido en la ultima década en nuestro país más que en los casi 40 años previos, y lo ha hecho con un enfoque cada vez más profesional.
En ambos sectores, en los últimos diez años se ha visto incrementado el número de cadenas, grandes o pequeñas, que se han creado. Hasta el momento, el factor de la tecnología en esta área siempre ha sido mínimo, por no decir inexistente. No obstante, a comienzos de 2010 la tecnología empezó a dar sus primeros pasos en este ámbito, con la llegada de las aplicaciones para la prescripción de ejercicios, de running y de bicicleta.
Con todo, aún eran unas pocas empresas en todo el país las que se empezaban a atrever, las que se animaban a incluir algo más de tecnología en los gimnasios y centros boutique de salud. Paralelamente, cada vez se extendía más el uso de CRM (Customer Relationship Management, o programa informático de gestión de clientes) para controlar esos negocios.
Por otro lado, existía una clara falta de formación en el personal al servicio de los referidos centros. En muchas ocasiones la formación realizada por la empresa a sus trabajadores se limitaba a saber configurar la cinta de correr o la elíptica, pero no les instruía, ni tan siquiera orientaba, en el funcionamiento del CRM que tenía el gimnasio, o en las aplicaciones de los diferentes servicios que ofertaban a sus clientes.
Todo esto provocó que, pese a contar con unas supuestas ayudas a la implantación y uso de nuevas tecnologías, tanto para los propios empresarios como para sus clientes, no se haya aprovechado ni el 20% de su capacidad real.
¿Por qué ha sucedido esto? La respuesta es sencilla: tú puedes tener toda la tecnología del mundo a tu disposición, pero si no hay una formación previa en los profesionales del sector, y una naturalización de dicha tecnología entre los clientes, ésta nunca va a poder ser realmente aprovechada.
Los grandes desafíos del fitness en la digitalización
El impacto del Covid – 19 en la industria del fitness
Así las cosas, en 2020 llegó la pandemia. En ese punto, si parecía que el ámbito en cuestión venía de la Edad de Bronce, el sector se vio de pronto obligado a ‘saltar’ a la Era Espacial, para compensar las restricciones vigentes. Y la realidad es que la crisis derivada del drama sociosanitario sí está favoreciendo que todas estas herramientas preexistentes ayuden a los clientes de los centros, y a los propios profesionales del sector, a tratar de entenderlas y a utilizarlas de la mejor forma posible.
Aquí es donde surge una nueva oportunidad: la de de que, de una vez por todas, se tome en serio el desarrollo y la aplicación de todas las tecnologías, actuales y emergentes, de la era digital en la que estamos inmersos.
Es el momento perfecto para que, si te dedicas al sector tecnológico, tengas la oportunidad de empezar a aportar ese salto que tanto necesita el sector para que, por fin, sea una de las industrias más grandes del mercado.
Paralelamente, no cabe olvidar que, desde hace casi ocho años, las tecnológicas vienen recopilando datos de deporte y salud para, luego, en un futuro cada vez más próximo, copar también la industria del fitness y del bienestar. Esto mismo ha sucedido en otros sectores en los que, cuando tomaron conciencia de esa necesidad, ya era tarde para poder, si quiera, ir a la par de ellos.
El ámbito del fitness y de la salud tiene un punto a favor muy desaprovechado hasta ahora; sobre todo, por la desunión del sector. Esa ventaja es que no es otra que la cantidad de clientes que tiene a su disposición cada gran o pequeña cadena. Datos y hábitos de los usuarios que no se aprovechan para poder sacarles más partido, además de la simple cuota mensual o del bono de entrenamiento.
Esta información, que las grandes tecnológicas sí están recopilando, les permite aprender a pasos agigantados para, luego, ofrecer productos y servicios acordes a los datos obtenidos. El sector del deporte y bienestar es de los pocos que tiene una cantidad de clientes tan grande, y tan a mano, para poder trabajar directamente con ellos, a diferencia de otros en los que es muy complicado llegar al usuario final.
Aún estamos a tiempo de ponernos a ello para que, por una vez, la industria del fitness no se vea adelantada por otros ámbitos que, a priori, lo tienen mas difícil de conseguir.