Cómo desarrollar tu idea de negocio
Una vez tengas acotada la financiación y/o liquidez de tu nuevo negocio, como analizamos en nuestro artículo anterior, entraríamos en el desarrollo económico de tu plan de negocio en base a tu idea.
Tienes que tener en cuenta si tu negocio tiene costes de producción fabricación e instalación. Calcular por unidad el coste total y así cuando vendas al por mayor podrás obtener de forma rápida y sencilla el margen de beneficio que puedes tener. Es muy importante tener en cuenta el potencial económico de tu idea y hasta qué punto es escalable. Básicamente porque, al final, todo negocio tiene un techo de facturación, pero dependiendo del que sea puede ser más rápido o más lento alcanzar dicho techo.
En el caso de que te financie un banco lo primero que va a mirar es cuál es la ratio de rentabilidad que tiene tu negocio y en qué tiempo puedes llegar a tener más ingresos que gastos. En base a eso y a muchos más datos que se contienen en el plan de negocio te marcará a qué interés te pueden llegar a financiar y en qué tiempo máximo para que devuelvas el préstamo.
Por otro lado, existe la posibilidad del inversor privado, que va a mirar lo mismo que el banco, pero también cuál es el potencial de expansión y capacidad de integración de tu negocio a nivel global. Hay principalmente dos tipos de inversor privado: el que va a buscar una rentabilidad a corto-medio plazo donde tiene que ver que si invierte un dinero X podrá ganar ese mismo dinero incrementado en un determinado porcentaje más que lo invertido en un tiempo no superior a tres o cuatro años. Este tipo de inversores entran y salen muy rápido de las empresas puesto que o que buscan son empresas que puedan subir muy rápido y le importa menos la sostenibilidad a largo plazo de la misma.
Es un tipo de inversor que cuya participación al comienzo de la creación de una empresa puede presentar cierto “riesgo” dado que si no ve resultados «pronto» puede “torpedearte” toda tu empresa. Este inversor es más interesante en una segunda o tercera fase de financiación de la empresa.
El otro tipo de inversor es el que te va a dar la financiación necesaria y a la vez va a aportar su experiencia y agenda para que el negocio pueda ir creciendo de una forma sostenible. También te va a exigir un % mayor de la sociedad desde un principio que el otro inversor que te exigiría un menos porcentaje. Posteriormente, si pasados cinco años (que es el tiempo medio que se suele contemplar en los planes de empresas) tu negocio sigue adelante y vas creciendo de una forma más o menos ágil, entrarían ya las famosas rondas de inversión.
Aquí ya estaríamos hablando de un punto en el que previamente tu empresa tiene que estar preparada de forma estructural y legal para poder acceder a ello. Esto te recomendamos realizarlo al año (para tenerlo bien preparado todo) antes de que quieras empezar a presentarte a las referidas rondas. Una vez que tengas esto ya listo, tendrás la empresa estructurada de tal forma para que puedan entrar a invertir diferentes fondos de inversión de mayor o menor envergadura. Tienes que tener en cuenta que, por un lado, los inversores que has tenido al inicio, seguramente una vez que entren los fondos de inversor se vayan o cedan prácticamente todo su porcentaje de participación en la empresa. Y estarás “en manos” de estos fondos.
La forma de ver los resultados de los fondos de inversión va a cambiar por completo la forma interna de trabajar que tenías hasta ahora, puesto que van a exigirte cada cierto tiempo avances y resultados. Si consigues trabajar bien con ellos, sí que en este tipo de fondos no van a tener tanto problema de ampliar capital en la sociedad, toda vez que, al final, la forma de ganar dinero para ellos es con ampliaciones de capital, por un lado, y por el otro el valor de marca y el nivel de penetración que estés teniendo en el mercado.
Cierto es que esto supone que tienes que estar dispuesto a renunciar a unos porcentajes muy grandes de tu empresa en detrimento de que entren estos fondos y metan ampliaciones. Con el tiempo, es posible que tengas menos poder de decisión dentro tu propia empresa.
No obstante, esto ya entra dentro de las diferentes formas de ver una empresa y de cómo y hacia dónde querer llevarla.
